El Museo Tesoro de la Virgen abrió ayer sus puertas tras la preceptiva bendición a cargo del obispo de Huelva, José Vilaplana. Se trata de un espacio escénico ubicado en los triforios de la Ermita de El Rocío que pretende mostrar a través de enseres y legajos un pedazo de la historia de una de las devociones marianas más importantes de España.
Acompañado del presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales y del secretario-canciller del Obispado y doctor en Historia del Arte, Manuel Jesús Carrasco Terriza, Vilaplana visitó las nuevas dependencias que ejercerán de notario de la devoción del pueblo de Almonte hacia su Patrona. El obispo subrayó que este tipo de infraestructuras contribuyen a evangelizar y «revalorizar la devoción» a esta imagen. A renglón seguido, reconoció que hasta ahora no había tenido oportunidad de «visionar» todos estos elementos que ahondan en «el amor que ha suscitado» la Reina de las Marismas a lo largo de los tiempos.
A modo de síntesis, el objetivo del museo es que cualquier persona ajena a esta devoción mariana pueda entender las vivencias del camino, las promesas del peregrino a pie de una carreta, la procesión del Lunes de Pentecostés, con el iconográfico salto de la reja para sacar en volandas a la Reina de las Marismas o la fiesta que se descorcha en cuanto suena el toque de la flauta y el tamboril.
El museo se divide en dos salas que ocupan sendos laterales del templo donde se levantan los triforios, así como un pasillo central que sirve de vaso comunicante y alberga el primigenio azulejo que lucía la anterior Ermita en la Puerta del Sol.
El presidente de la Matriz explicó que entre los elementos de más renombre destacan el manto que la imagen llevaba el día de la coronación canónica, el de Pentecostés, juegos de ráfagas, enseres del patrimonio litúrgico o cuadros de Paco Mereles de los orígenes de la devoción y sobre todo, una gran profusión de contenidos audiovisuales». En la sala izquierda se exponen los ornamentos sagrados como el manto, enseres, ex votos y cuadro originales de la pinacoteca; mientras que en el otro ala el emblema principal es el antiguo paso de la Señora, con sus imponentes varales de plata que presiden dicha estancia.
Pero El Rocío no se circunscribe a la romería. Va mucho más allá: Los traslados al pueblo de la Pastora a Almonte que tienen lugar cada siete años, o El Rocío Chico en el que el pueblo renueva el voto de gracias por la protección brindada cuando la ocupación francesa. Todo esto trata de recopilarse en un único espacio y esta es la razón por la cual el apartado visual cobra un peso muy importante, inmortalizando las impagables instantáneas que nos regala cada año la romería. Por ello, el penúltimo eslabón del recorrido ofrece una minisala de proyecciones donde se emite un resumen de quince minutos del filme de Carlos Colón, titulado Rocío Reina y Madre de Andalucía; una devoción universal. Licenciado en Geografía e Historia y doctor en Historia del Arte en la Universidad de Sevilla, el director andaluz es el encargado retratar en imágenes, la devoción a María en su advocación del El Rocío recopilando todo su buen hacer y sapiencia para ofrecernos sesenta minutos que son pura lírica de lo que representa la devoción rociera.
Finalmente, el recorrido culmina con una vista aérea que, a modo de balcón y a través de una especie de ventanas enfocan directamente al camarín de la Virgen del Rocío.